“La interoperabilidad es un asunto vital para la función judicial”
Consejo de la Judicatura
El viaje de los datos a través de las instituciones públicas se puede rastrear desde el momento en que son recogidos hasta su construcción como evidencia estadística, indicador de eficiencia, política pública o interpelador del estado. En el engranaje del sistema judicial, la producción de datos empiezan con el registro de una muerte violenta, que luego circula manualmente, y se vuelve referencia para la generación de nueva información. En un momento dado este sistema de referencias hoy obsoleto, produjo certidumbre.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Ecuador y América Latina, impulsa proyectos de interoperabilidad que buscan alcanzar eficiencia, modernidad y celeridad en el manejo de la información. Esta infraestructura digital promete mejorar las transacciones comerciales (BID 2010), los procesos tributarios y los sistemas de justicia. Interconectividad y automatización son palabras que se usan para describir los deseos en torno a la información. Se aspira reemplazar el trabajo manual y la intermediación humana con inteligencia artificial (IA).
Para comprender la interoperabilidad seguimos el trabajo de Ribes (2017) quien sugiere que la interoperabilidad es un término paraguas para distintos procesos de manejo de datos. Se utilizan con frecuencia palabras como “armonización,” “integración', ''estandarización” de datos. Todos buscan explicar cómo se agrupan datos para realizar una multiplicidad de análisis. Como dice el autor, la interoperabilidad es un fenómeno históricamente situado que requiere una negociación técnica-política y produce diferentes valores.
Queremos resaltar la importancia de comprender cómo un grupo de datos se convierte en una base de análisis para producir un tipo específico de resultados posibles. Esto quiere decir que existen humanos—no inteligencia artificial—que escogen qué datos se mantienen y qué datos no, qué datos son tomados en cuenta y qué datos se descartan—por diferentes motivos como falta de datos, datos de mala calidad, o simplemente no se consideran importantes para el análisis. Todas esas motivaciones están detrás del programa (que puede ser IA) que contabiliza, preserva, distingue, separa, estudia y provee datos para el análisis. En este ensayo nos interesa pensar sobre esas formas de “producir interoperabilidad” en el Ecuador.
¿Qué hará la interoperabilidad a nuestro entendimiento sobre las muertes violentas? ¿Es esta una respuesta tecnológica a un problema no tecnológico? Vincular el número del proceso (juicio) con el número de la noticia del delito (denuncia). Vincular el SIAF y el SATJE. Esto evitaría el registro manual de información en el segundo sistema al precargar los datos del primero, pero no el ingreso manual de nueva información.
La interoperabilidad intenta mostrarse como abstraída de la técnica, logística y política sobre la que se asienta (Ribes 2017), pero la interconexión de bases de datos emerge en un contexto donde los datos pasan por procesos de estandarización y homologación. En este sentido, los mecanismos de ordenamiento de las muertes violentas son anteriores a la discusión de infraestructuras interoperables, y provienen de marcos conceptuales y esquemas de registro de datos internacionales. Lindsay Poirier (2017, 74), entendiendo a estos mecanismos de ordenamiento como la manera en la que seguimos instructivos o políticas públicas a través de manuales, protocolos, estándares y categorías que están diseñados para invitar al usuario a un uso particular de los datos. Un ejemplo de esto es el sistema de clasificación internacional de delitos con fines estadísticos (UNODC 2015). La historia detrás de la aprobación de este documento o sus múltiples versiones, correcciones, cambios y tomas de decisiones no son visibles pero existen detrás de la manera en la que se decide cómo clasificar algo—en este caso los delitos. En el contexto específico que estudiamos en EthnoData hemos visto un fenómeno similar con la clasificación de “riñas”, la cual cumple múltiples funciones e inclusive cubre vacíos de datos sobre muertes violentas. En este sentido, muchas de las decisiones detrás de las clasificaciones de datos se convierten en “cajas negras,” como les llama Ribes (2017), es decir, sistemas de clasificación que invisibilizan los mecanismos de ordenamiento detrás de los datos.
Los estudios de ciencia y tecnología señalan que las infraestructuras digitales son sistemas sociotécnicos compuestos de información, capacidades tecnológicas y las comunidades de usuarios y diseñadores que la sostienen (Poirier 2017, Hanseth y Lyytinen 2009). En el contexto ecuatoriano sobre muertes violentas, esto significa que la interoperabilidad requiere de manuales, registros y trabajos localizados. Equipos de personas procesando la complejidad de los homicidios en categorías que puedan convertirse en interoperables, así como, una ecología de infraestructuras previas como el SIAF (Sistema Integrado de Actuaciones Fiscales) y SATJE (Sistema Automático de Trámite Judicial Ecuatoriano) que comparten metas, objetos de estudio y están enmarcadas en políticas de justicia. Generar algoritmos requiere construir una estructura organizacional que opere una gran cantidad de procesos tanto digitales como análogos. Por lo tanto, la interoperabilidad tiene unas capacidades concretas y limitadas, no prescinde o corrige el trabajo humano, sino que utiliza decisiones previas—sobre los datos—para suministrar y facilitar un nuevo proceso de análisis.
La automatización de datos puede agilizar la creación de nueva información, potenciar nuestra interpretación, organización y producción de conocimiento. Sin embargo, surgen preguntas importantes cuando pensamos en el complejo mundo del big data ¿Qué consecuencias epistemológicas tiene? ¿Qué permiten visibilizar los datos? Pero al mismo tiempo ¿qué ocultan? ¿Qué no será contabilizado en un análisis dado? ¿Qué significa en términos de trabajo humano? Sí las arquitecturas computacionales permanecen integradas a, e incluso hacen eco de, procesos sociales (Lowrie 2018, Seaver 2018) ¿Cuál es la capacidad que tienen los algoritmos de resolver problemas cuyas disputas son políticas? Y más que resolverlos, ¿Qué aspectos complejizan y cuáles simplifican?
En ocasiones, se entiende la interoperabilidad como un mecanismo de resolución de problemas como el acceso a datos con reserva, como por ejemplo en el caso de femicidios; la anonimización de las bases de datos de muertes violentas; la duplicidad de datos; y la vinculación de fuentes de diferente origen, como es el caso del SIAF y SATGE. Problemas reales que pueden, en parte, ser resueltos a través de diferentes formas de organización de datos mediados por IA. Sin embargo, estas necesidades no están libres de disputas políticas por los datos, falta de claridad o redundancia en las competencias de las instituciones públicas, así como, la ausencia de protocolos. Estas dificultades tienen diferentes orígenes que pueden ir desde recortes de presupuesto, a falta de personal o infraestructuras, o acceso a información. Nos interesa prestar atención a la manera en que las políticas locales, que atienden estos problemas, se diseñan en base a una geopolítica de la información que define los modelos e indicadores para los sistemas de justicia en conexión a mecanismos de ordenamiento de datos globales. La interoperabilidad en el Ecuador es, en este sentido, parte de un proceso de estandarización de las métricas que cuantifican la justicia y seguridad en el mundo. Esto tiene aspectos muy positivos que permiten una conversación sobre temas como la clasificación internacional de delitos. Al mismo tiempo, no siempre responden directamente a las necesidades de los territorios y a las especificidades de las instituciones, sino que funcionan como una respuesta genérica a los problemas que enfrentamos, y debemos tener en cuenta que en ese diseño estadístico se ganan elementos de análisis pero también se pierden otros.
Los estudios etnográficos de ciencia y tecnología documentan ampliamente que los artefactos, sistemas digitales y algoritmos no son neutrales. Incluso pueden replicar y exacerbar formas existentes de inequidad, de racismo, de machismo (Lowrie 2018) sin que estos sean evidentes —justamente porque la forma en la que creamos esa interoperabilidad está cultural e históricamente situada. Estas preguntas no buscan desalentar el proyecto de interoperabilidad, sino activar una discusión de lo que implica un sistema sociotécnico de tal magnitud. El tiempo y energía necesario para producir los códigos de programación, la organización humana que los diseña y opera, la cantidad de información almacenada, y las múltiples órdenes que recibe para producir un “output” son algunos ejemplos. Una vez que la interoperación se pone en marcha, es más fácil confiar en los datos que abrir la caja negra y entender su ensamblaje. La interoperabilidad es relativamente irreversible dice Ribes (2017) porque reconoce el tiempo y esfuerzo invertidos en producirla. Automatizar y vincular datos en sistemas digitales es un proceso de alta complejidad. Nuestro interés en este ensayo es evidenciar esa complejidad e iniciar un diálogo sobre los sistemas, procesos, decisiones, afectos, esfuerzos, políticas que se encuentran detrás de ese ecosistema de análisis.
Poirier (2017, 71) propone el concepto devious design para pensar las infraestructuras digitales. Según la autora, el diseño crítico rompe con las nociones de las infraestructuras disponibles y transforma sus lógicas subyacentes. Esta perspectiva puede ser útil a la hora de pensar la interoperabilidad, y puede ser una oportunidad para interpelar las lógicas subyacentes de los sistemas digitales y las métricas de justicia y seguridad en el Ecuador.
Para conocer más sobre las métricas de seguridad mire La tasa de homicidos y la infraestructura policial.